REINO PROHIBIDO
Empecé a transitar
la vía láctea de tus pechos,
y navegando sobre esa piel etérea
mis manos recibían los efluvios de tu ser.
Recorriendo el contorno de esos montes,
mi alma titilaba entre mis dedos.
y los latidos de mi corazón amante,
se agigantaban en mi exaltado pecho.
Y en este trance divino,
de amor enardecido.
nos convertimos en deidades,
de un reino misterioso y prohibido.
Bernal Vargas.
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