Sube las colinas de los sueños,
un céfiro clamor ardiente
abrazando los pensamientos,
que lánguidos se posan en la mente.
Y luego, casi desapercibidos,
uno a uno se van colando sin razón,
hasta lo más profundo del alma,
donde palpita desnudo el corazón.
Para dejar traslucida la piel,
que refleja los destellos de los días,
devanando en gotas azules el verbo,
vestido de encarnadas ambrosías.
Y el pensar se hace carne
en alas de la pluma.
Y en el tintero del poeta
el mágico mensaje se suma.
Así nace en la entelequia la palabra,
en un lienzo de seda y gemas,
emergiendo en imágenes apócrifas,
tejidas con mágicos poemas.
Bernal Vargas
2 comentarios:
EL SUBLIME VUELO DE NUESTRO ALIENTO POÉTICO PLASMADO CON EL HÁLITO DEL ALMA EN LA ESCRITURA , BRAVO! POETA BERNAL SALUDOS AMIGO
un hermoso poema donde plasma el poder del poeta cuando se enfrenta a la palabra. Enhorabuena.
un abrazo
fus
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