I
Mi pasión se perdió esa noche,
En la espesura de tus encendidos pechos.
Remontaba tus azules colinas con mis dedos,
Y entonces me tope con tu ardiente mirada.
II
Sí, me observabas en silencio, ¡Ígnea, sedienta!
Sabías que era un explorador en tierras nuevas.
Un conquistador de cumbres escondidas,
Que buscaba en tu piel secretos continentes.
III
Sentíamos nuestras carisias y callábamos,
Callábamos por que el silencio era muestro cómplice.
Cada palpo era un paso, un avance,
Un punto más en el mapa de nuestra piel desnuda.
IV
Abstraídos en los deleites de esa entrega,
Descubrimos avatares ocultos en nuestras manos.
La magia del contacto de la piel despojada de ataduras,
Y un éxtasis maravilloso, sensual, ¡Cóncavo y convexo!
Bernal Vargas
Un punto más en el mapa de nuestra piel desnuda.
IV
Abstraídos en los deleites de esa entrega,
Descubrimos avatares ocultos en nuestras manos.
La magia del contacto de la piel despojada de ataduras,
Y un éxtasis maravilloso, sensual, ¡Cóncavo y convexo!
Bernal Vargas
2 comentarios:
Absolutamente hermoso, como todo lo que escribes, con sensualidad y erotismo sin caer en lo vulgar. Un abrazo amigo poeta.
Gracias Bitty, así es el erotismo no tiene nada que ver con lo vulgar, el erotismo es el vehículo de la pasión humana, por ende debe ser bien manejado.
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